Mato y
salgo: Los verdaderos objetivos de Israel en Gaza
Como ya sucedió en sus anteriores operaciones en Gaza, Israel
comienza a padecer una lógica inexorable de la acción militar: Si una guerra se
extiende, el tiempo termina favoreciendo al más débil. De nuevo, como en Líbano
en 2006, y como en Gaza en 2009, la extensión de los bombardeos puede desgastar
al mando israelí y generar oleadas de críticas, tanto en el plano internacional
como en los sectores del poder político de Israel
Por
Manuel Freytas (*)manuelfreytas@iarnoticias.com
La continua tragedia humana (silenciada y deformada por las
potencias y las grandes cadenas mediáticas) desatada por los periódicos
exterminios militares de Israel en Gaza no se define en un escenario, sino en
tres escenarios simultáneos: A) La masacre militar de civiles, B) La
tragedia humanitaria con el bloqueo, C) La continua guerra asimétrica
entre Israel y Hamás (la guerra del león contra el ratón).
Estos tres escenarios, fueron utilizados históricamente por Israel
como herramienta de presión bélica para someter a Hamás y obligarlo a
cumplimentar los dos objetivos estratégicos centrales del Estado israelí en
Gaza:
1) La destrucción o el máximo debilitamiento del aparato
politico-militar de Hamás.
2) La firma de una tregua y de un acuerdo duradero que
asegure el final de los ataques con cohetes a las ciudades israelíes.
Como siempre, Israel y Hamás combaten en una "guerra
asimétrica" contra reloj: Israel quiere destruir la mayor cantidad de
plataformas lanzaderas de misiles palestinos antes de un "cese el
fuego" (siempre operado por EEUU para posibilitar un repliegue "honroso"
de Israel), y Hamás busca resistir y seguir disparando la mayor cantidad de
misiles precarios contra ciudades israelíes para precipitarle al estado judío
una "derrota moral" ante el mundo
Para Israel, la Franja (un campo de concentración a cielo abierto)
no es un teatro de batalla convencional, sino un ejercicio cruzado de
"tiro al pichón" contra un millón y medio de seres humanos, para
quienes la única luz existente es la producida por las llamaradas
multicolores de los misiles y las bombas israelíes.
Contrariamente a lo que se cree, las operaciones militares
represivas de Israel en la Franja nunca tuvieron como objetivo central la
destrucción total de Hamás y el derrocamiento de su gobierno.
Como se sabe, Gaza forma parte de un tablero geopolítico estratégico
cuyo desenlace se va definir por medio de una confrontación inevitable del
eje islámico Irán-Siria-Líbano-Gaza con el polo EEUU-Israel-Unión Europea,
en el escenario de la "guerra fría" intercapitalista por los recursos
estratégicos y las grandes fuentes de energía con el petróleo como telón de
fondo.
El teatro militar y las tragedias humanitarias de Gaza forman
parte indivisible de las cuestiones estratégicas (y de desenlace conflictivo)
que definen y priorizan las líneas matrices del orden capitalista
internacional en crisis que tiene claramente tres protagonistas centrales:
A) EEUU, Unión Europea y el "eje occidental" (bloque
dominante del capitalismo que extiende sus tentáculos para apoderarse de los
recursos energéticos, rutas y mercados de Eurasia, Africa y Medio Oriente).
B) Rusia, China y el "eje asiático" (Bloque
del capitalismo emergente que disputa una (por ahora) guerra comercial por
áreas de influencia con el eje USA-UE que genera roces y conflictos militares
localizados y a escala global, como el de Georgia, en el Cáucaso).
C) Irán y el "eje islámico" (Bloque
de países asentados sobre más del 80% de las reservas mundiales del petróleo y
de los recursos estratégicos en disputa).
Estos tres bloques centrales van a definir (a modo de desenlace, y
cuando la crisis económica global se retroalimente con la crisis
energética global ) un escenario estratégico de tercera
guerra mundial.
En ese marco, la destrucción de Hamás en Gaza y de Hezbolá en
Líbano, y de sus respectivos aparatos políticos militares, es un objetivo de
máxima que se plantea el eje USA-Israel-OTAN como complemento táctico
ineludible de sus potenciales operaciones militares contra Irán y Siria en
Medio Oriente.
La guerra contra el "terrorismo islámico" de Irán,
Hezbolá y Hamas, es antes que nada una guerra por la redefinición del poder
USA-imperial (regente del sistema capitalista a escala mundial) en Medio
Oriente, y que tiene a la supervivencia del Estado de Israel como uno de
sus objetivos centrales.
Pero la estrategia en Gaza va por pasos, y la destrucción total de
Hamás en esta etapa implicaría tres pasos que Israel no está dispuesto a
dar: A) Ocupar territorialmente Gaza, B) hacerse cargo de su administración
y C) contener el estallido social con caos y luchas intestinas que generaría la
desaparición de Hamás de la escena.
Israel es una superpotencia militar que basa su accionar en el
despliegue operativo y la capacidad de fuego de su fuerza aérea, pero carece de
estructura para una ocupación territorial, la cual le insumiría un despliegue
permanente de efectivos y de logística militar. "Sería como crearnos un
Irak en casa", dicen los halcones israelíes.
En consecuencia, y como planteo estratégico de fondo, las
operaciones militares de Israel nunca se propusieron la destrucción total de
Hamás, sino el debilitamiento de sus estructura militar y el desgaste de su
plana mayor en un escenario más funcional a los objetivos del control
político y militar de Israel en la región.
Históricamente en Gaza se combinaron y retroalimentaron dos
factores: El fracaso histórico de Israel para destruir la infraestructura
operacional de Hamás fue siempre directamente proporcional a la fortificación
del mando político militar de la organización islámica operando en la
clandestinidad durante los bombardeos.
Estratégicamente, y antes de la actual operación "Pilar
Defensivo", Israel ya fracasó en 2009 con la operación "Plomo
Sólido".
Presionado
cada vez más por los costos políticos de la masacre, por la resistencia
de Hamás a firmar una tregua del "vencido", y por un cada vez más
definido frente de boicot internacional en su contra, el alto mando israelí
resolvió decretar una tregua unilateral con permanencia de sus tropas en
Gaza.
Después de una operación militar de exterminio que durante 21 días
consecutivos asesinó a 1100 palestinos, hirió a otros 5000, terminó con la vida
de casi 400 niños, hirió a más de 1200, asesinó cerca de 200 mujeres, destrozó
en más de un 70% la infraestructura de Gaza, profundizó a niveles inéditos la
catástrofe humanitaria de ese pueblo, a Israel se le hizo muy difícil
explicarle al mundo que todo esa masacre y destrucción fue cometida sólo para "defenderse
del terrorismo".
Finalmente, y sobre el filo de una tregua que estaba siendo
negociada (sin éxito) con la mediación de Egipto, varios gobiernos, en
diferentes latitudes del planeta, pantearon desde la condena o la ruptura de
relaciones diplomáticas con Israel, hasta diferentes tácticas de aislamiento y
boicot internacional contra el Estado judío.
En consecuencia, Israel decidió emprender la retirada (disfrazada
de "tregua unilateral) antes de que sus embajadores comenzaran a ser
expulsados en masa , y sus embajadas, empresas y bancos comenzaran a ser rodeados
por multitudes exigiendo el fin de la masacre en Gaza.
Tácticamente, el "encierro" de Israel terminó de
concretarse cuando Hamás condicionó la tregua a un retiro inmediato de Israel
con levantamiento del bloqueo en todos los pasos fronterizos.
Según los manuales básicos de la guerra, cuando una operación
militar no consigue la concreción de sus objetivos estratégicos, la fuerza
atacante ingresa en el terreno táctico de la derrota. Eso le sucedió a Israel
en 2009.
Encerrado en la ratonera de Gaza, con sus tanques y soldados rodeados por los cadáveres que sembraron a su paso, y con la única opción de seguir matando y generando más presión internacional en contra, Israel suspendió unilateralmente la operación "Plomo Sólido" a la espera de que sus espónsores, EEUU y la Unión Europea, viniesen en su auxilio con un Plan B diplomático que le permitiese una huida rápida de la escena del crimen.
Encerrado en la ratonera de Gaza, con sus tanques y soldados rodeados por los cadáveres que sembraron a su paso, y con la única opción de seguir matando y generando más presión internacional en contra, Israel suspendió unilateralmente la operación "Plomo Sólido" a la espera de que sus espónsores, EEUU y la Unión Europea, viniesen en su auxilio con un Plan B diplomático que le permitiese una huida rápida de la escena del crimen.
Más allá de ese desenlace histórico en 2009: Hamás siguió en
pie hasta el presente y los cohetes palestinos seguían cayendo este sábado en
territorio israelí.
Hoy la situación se repite en otra escala. Israel todavía no
invadió por vía a terrestre a Gaza, y solo se dedicó a bombardearla por aire,
por tierra y por mar, en lo que los estrategas israelíes denominan "bombardeos
quirúrgicos". Centenares de ataques sobre poblaciones civiles que ya
mataron a mas de 50 palestinos, hirieron a más 500 y destruyeron
infraestructura vital para la supervivencia de la Franja.
Y como ya sucedió en sus anteriores operaciones en Gaza, Israel
comienza a padecer una lógica inexorable de la acción militar : Si una guerra
se extiende, el tiempo termina favoreciendo al más débil. De nuevo, como en
Líbano, la extensión de los bombardeos puede desgastar y a dividir al mando
judío y generar oleadas de críticas internas, tanto en la sociedad como en
los sectores del poder político israelí.
El incremento del "terror
militar" con matanza indiscriminada de civiles en las últimas 100
horas se orienta a presionar un plan en la ONU que le posibilite conseguir por
vía diplomática lo que su aparato de destrucción militar no pudo conseguir
hasta ahora por vía del asesinato masivo en Gaza.
Para los halcones israelíes, obligados a matar más cada día para
conseguir sus objetivos en Gaza, comenzó a correr otro tiempo de desgaste y
vientos en contra. Después de 5 días de exterminio "quirúrgico"
exitoso posibilitado por la complicidad y el silencio internacional no buscan
el objetivo de máxima, sino una victoria mediática-política que les garantice
un repliegue honroso y una victoria "disuasoria" sobre Hamás.
Como siempre EEUU y las potencias imperiales van al rescate de su
socio regional y buscan contra-reloj la brújula que parece haber perdido
Israel: El "cese" el fuego que justifique un repliegue
"triunfalista" antes de que un nuevo pantano de Gaza comience a
tragarse lo que queda de la supremacía militar del ejército israelí.
Y como ya sucedió en 2009, Hamás se niega a darle la tregua del
"repliegue victorioso" a Netanyahu y a la cúpula militar de
los halcones que han lanzado la operación como parte de la actual campaña
electoral en Israel.
Y como ya sucedió en Líbano y en Gaza en 2009, el eje imperial
USA-UE utilizará la situación para generar nuevas "fórmulas
diplomáticas" para aislar y "desarmar" a Hamás en el Consejo de
Seguridad.
No obstante, la estrategia y los objetivos militares que guiaron
la operación "Pilar Defensivo" puede dar manotazos de ahogado,
si no se la sustituye inmediatamente por un Plan B diplomático que libere a
Israel de otra hoguera internacional.
Con un agregado: Si Israel vuelve a ingresar en una nueva
invasión terrestre, el reloj y los muertos de Gaza van a ser los
protagonistas fundamentales de su destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario