Dos muertos y decenas de heridos de bala y de bombas lacrimógenas es el saldo de la operación policial lanzada ayer por el gobierno para desbloquear la carretera Mollendo-Matarani, y sofocar la protesta de la provincia de Islay contra el proyecto minero Tía María de la Shouthern Corporation.
El candidato de Gana Perú, Ollanta Humala, responsabilizó del hecho al gobierno del presidente Alan García. “Expreso nuestra condolencia a los deudos de los fallecidos. Evidentemente es responsabilidad del gobierno realizar estas operaciones a las puertas de las elecciones”, dijo.
Según los dirigentes, la Policía disparó indiscriminadamente contra los pobladores, que velaban el cuerpo de Andrés Taipe, quien muriera baleado el pasado lunes.
Más de 55 heridos de bala fueron trasladados al hospital regional de Mollendo y Arequipa, algunos de ellos en estado de suma gravedad.
Las víctimas fueron identificadas como Aurelio Huarcapoma, de 50 años, y Néstor Cerezo Patana, de 31años, quien presentaba un impacto de bala en el cráneo. Otros 31 civiles resultaron heridos de bala, tres de los cuales se encuentran graves.
Desde las primeras horas, las fuerzas policiales atacaron a los manifestantes con balas y bombas. Seis de los heridos de bala fueron derivados al Hospital Regional Honorio Delgado de la ciudad de Arequipa, entre ellos Luis Quispe Chara.
El burgomaestre del distrito de Dean Valdivia, Richard Ale Cruz responsabilizó a la policía de las muertes y los heridos. “Un helicóptero policial soltó bombas lacrimógenas y balazos sobre nosotros sin respetar a las mujeres y ancianos”, dijo.
IncendiosEl jefe policial de Arequipa, general Carlos Mateo Tueros, dijo que la situación en Islay es “incontrolable” y que grupos de manifestantes incendiaron el municipio y el local del APRA en Islay, así como cuatro ómnibus y un camión cisterna.
Juan Guillen, alcalde del distrito de Cocachacra, exigió al gobierno el envío de una comisión de alto nivel para dar solución al estado de tensión que se vive en Islay.
Los alcaldes distritales de Islay iniciaron una huelga de hambre en el atrio de la Catedral de Arequipa hasta que el gobierno establezca una comisión de diálogo para solucionar las demandas de los pobladores. Y lo culparon por la suspensión de la reunión que se iba a realizar ayer para buscar la solución del problema.
Dada la gravedad de la situación, el presidente regional, Juan Manuel Guillén, reclamó a la Policía que no haga uso excesivo de la fuerza; mientras el ministro del Interior, Miguel Hidalgo, llamó a deponer las protestas.
Rolando Luque, adjunto para la Prevención de los Conflictos Sociales y Gobernabilidad de la Defensoría del Pueblo, pidió al cese inmediato de las acciones de violencia y demandó a las autoridades explicaciones por el lanzamiento de la operación policial cuando estaba a punto de concertarse una reunión entre el gobierno y los dirigentes.
El funcionario dijo desconocer quién inició el enfrentamiento. “La Defensoría del Pueblo respaldará las investigaciones del Ministerio Público, para determinar en qué circunstancias se produjo el choque y la muerte de los huelguistas”, sostuvo.
Protesta
Tras la masacre, la población se dirigió al Terminal Terrestre de Mollendo donde incendió cuatro buses interprovinciales de la empresa Santa Ursula. Minutos antes, los enardecidos manifestantes provocaron la explosión de un camión cisterna de combustible que al parecer se encontraba vacío.
Pese a que con sus acciones el gobierno frustró la mesa de diálogo que se debió instalar hoy, el ministro Hidalgo sostuvo que se coordina la posibilidad de una mesa de diálogo entre los dirigentes de Islay y el Ejecutivo.
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