viernes, 13 de mayo de 2011

Honduras, un pueblo condenado a repetir su nefasta historia

El 9 de abril de 1910, el Estado hondureño entregaba por 99 años, bajo contrato, a la empresa bananera Standard Fruit, nada menos que 71 mil hectáreas de tierras. A cambio, la empresa bananera se comprometía a construir ferrocarriles para el desarrollo del país. Bajo la misma promesa, la United Fruit también recibió miles de hectáreas de tierras por un plazo indefinido. Estos contratos terminaron porque las bananeras se hartaron con las ganancias y Honduras quedó más haraposa que nunca.
Un siglo después, Honduras, apuesta por el mismo camino suicida. El régimen del humanismo cristiano, los días 6 y 7 de mayo, en un acto titulado “Honduras Abierta al Negocio”, ofertó al mundo los últimos bienes comunes del país como agua, bosques, suelos y playas, en un paquete de cerca de 160 proyectos. ¡Las condiciones favorables ofertadas para la inversión privada son insuperables! ¡Hasta el mismo gobierno se ofreció en constituirse en un equipo técnico para facilitar la inversión y las ganancias a las multinacionales!

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