Reclusos. La mayoría cumplen condena por narcotráfico y robo agravado. En lo que va de su gobierno, García indultó a 104 reclusos, y durante el 2011 benefició a 10 presidiarios por razones humanitarias.
Elmer Martínez Emencio, de 49 años, natural de Jauja, Junín, cumple 12 años de prisión por homicidio en el penal de Lurigancho.
Todavía le faltan nueve años para salir libre. Martínez, un agricultor padre de ocho hijos, purga sentencia por el asesinato de una vecina. Después de dos años de encierro, los médicos del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas confirmaron que padecía un cáncer terminal en los órganos genitales. En setiembre de 2010, solicitó el indulto porque le queda poco tiempo de vida. Sin embargo, para acogerse al beneficio debe acreditar la sentencia condenatoria, pero la Corte Superior de Junín todavía no remite el documento a Lima. La burocracia también mata.
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Elmer Martínez es uno de los 79 presos de los distintos centros penitenciarios del país que han enviado a la Comisión de Indultos y Derecho de Gracia por Razones Humanitarias –un organismo del Ministerio de Justicia– sus respectivas historias clínicas que probarían que sufren enfermedades terminales y buscan que el jefe del Estado los excarcele para no expirar en una celda carcelaria.
Fuentes del Ministerio de Justicia explicaron que las 79 solicitudes de indulto por razones humanitaria se encuentran en proceso de evaluación. La mayor parte de los solicitantes son reclusos que cumplen sentencia por delitos de tráfico ilícito de drogas, robo agravado y violación sexual. De acuerdo con el Reglamento Interno de la Comisión de Gracias Presidenciales, todo presidiario con enfermedad terminal, sin discriminación del delito que perpetró, puede elevar su petición de indulto al jefe del Estado.
Ese es el caso del interno Carlos Aguilar Infante, de 63 años, condenado a cuatro de prisión por delito contra el honor sexual. En el 2010, le detectaron un cáncer en la laringe. Está postrado en el tópico del penal de Lurigancho. Hace medio año que elevó su solicitud para el indulto, pero se la denegaron porque es un reincidente del mismo delito.
Todos no son iguales
Jaime Ramírez Pedraza, ex integrante del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), condenado a 25 años de prisión por el delito de terrorismo, es otro de los reclusos que piden el indulto presidencial.
Ramírez, preso desde 1995 en el penal Miguel Castro Castro, sufre desde hace cinco años neuropatía, una enfermedad degenerativa que le ha afectado el habla y dañado el cuello y las extremidades superiores. El Ministerio de Justicia rechazó su solicitud alegando que se trata de un terrorista, cuando el reglamento no diferencia a los reclusos por los delitos que cometieron.
En todo caso, las fuentes de dicho sector indicaron que el expediente de Ramírez se encuentra nuevamente en proceso de revisión.
Durante su gobierno el presidente Alan García ha indultado a 104 presos, gran parte de ellos condenados por narcotráfico y robo agravado. Ninguno por delito de terrorismo.
En lo que va del 2011, el último año de gestión de García, recibieron la gracia presidencial 10 presidiarios: seis hombres y cuatro mujeres.
El tiempo es muy importante para quienes requieren el indulto por razones humanitarias. El 18 de enero de este año, el jefe del Estado indultó al interno José Canta Chiroque, quien sufría un cuadro de tuberculosis terminal. Canta gestionó el indulto desde el 2008 sin resultado alguno. El trámite debería durar no más de tres meses. Cuando salió la resolución presidencial, Canta había muerto horas antes. Falleció el 18 de enero de este año en su celda del penal Lurigancho.
No hay fondo para atención especial
Los propios reclusos son los que cubren los gastos por los exámenes en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas. Si no cuentan con fondos, no reciben atención.
De acuerdo con el jefe del tópico del penal de Lurigancho, el doctor Carlos La Serna Lora, el centro de reclusión no cuenta con presupuesto para financiar el tratamiento de los enfermos de cáncer y otras graves dolencias terminales.
Ese es el caso de Elmer Martínez Emencio. Para pagar sus análisis, los médicos, los trabajadores y congregaciones religiosas hicieron donaciones para que sea atendido en Neoplásicas.
No solo son indultados los presidiarios que padecen enfermedades terminales o degenerativas sino también los que sufren trastornos mentales irreversibles. Solo en Lurigancho hay 23 casos.
El presidente Alan García indultó a dos reclusos en 2006; seis, en 2007; a 61 en 2008; a 13 en 2009 y a 12 en 2010. En 2011, de los 79 solicitantes del indulto, la mayoría presentó sus papeles este año.
Los indultados en 2011 son Rafael Alejandro Montece, Jorge Docasal Alonso, Giampiero Galeotti Dipuglia, María García Lugnier, David Lare Fraire, Silveria Mejía Banda, Richard Payantt, Fidelia Sánchez Layme y Flor Vela Sinarahua.
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