La suma de estos factores amenaza ahora al ambiente marino con una catástrofe "sin precedente en la historia humana", señala el informe, preparado por un grupo de destacados científicos del mar, reunidos a principios de este año en Oxford por el Programa Internacional sobre el Estado del Océano (IPSO, por sus siglas en inglés) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
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La sombría indicación de este grupo es que la extinción potencial de especies, desde peces grandes en un extremo de la escala hasta minúsculos corales en el otro, es comparable con las cinco grandes extinciones en masa de las que se tiene registro geológico, en cada una de las cuales la vida en gran parte del mundo se apagó. Van desde el "evento" ordovicio-silúrico de hace 450 millones de años hasta la extinción cretáceo-terciaria de hace 65 millones de años, en la cual se cree que desaparecieron los dinosaurios. Se estima que en la peor de todas, ocurrida al final del periodo pérmico, hace 251 millones de años, fueron eliminadas 70 por ciento de las especies de tierra y 96 por ciento de las marinas.
Conclusiones
El grupo de 27 científicos, que tomó en cuenta las investigaciones más recientes en todos los campos de la ciencia marina, concluyó que "una combinación de factores de tensión crea las condiciones asociadas a todas las grandes extinciones de especies ocurridas en la historia de la Tierra". También concluyó:
– La tasa y velocidad de la degeneración de los océanos son mucho mayores que cualquier vaticinio;
– Muchos de los efectos negativos identificados son mayores que las peores predicciones;
– Es posible que los primeros pasos hacia una extinción global significativa ya se hayan dado.
"Los hallazgos son perturbadores", expresa el doctor Alex Rogers, profesor de biología de la conservación en la Universidad de Oxford y director científico del IPSO. “Al considerar el efecto acumulado de lo que la humanidad hace a los océanos, las implicaciones se volvieron mucho peores de lo que habíamos considerado en lo individual.
"Se trata de una situación muy grave, que exige acción inequívoca a todos los niveles. Observamos consecuencias para la humanidad que impactarán en el tiempo que estamos viviendo, y peor aún, en el que tocará vivir a nuestros hijos y a las generaciones posteriores." Al revisar investigación reciente, el grupo de expertos "encontró pruebas firmes" de que los efectos del cambio climático, aunados a otros impactos inducidos por humanos, como la pesca excesiva y el agotamiento de nutrientes por la agricultura, han causado ya un descenso dramático en la salud de los océanos.
No sólo hay grave reducción de muchas especies de peces, hasta el punto de la extinción comercial en algunos casos, y una tasa "sin paralelo" de extinción regional en algunos tipos de hábitat, como los manglares y las praderas marinas, sino que ciertos ecosistemas marinos enteros, como los arrecifes de coral, podrían desaparecer en una generación.
El informe señala: “La creciente hipoxia (bajos niveles de oxígeno) y anoxia (ausencia de oxígeno, que produce las llamadas zonas muertas oceánicas), junto con el calentamiento y la acidificación de los océanos, son los tres factores que han estado presentes en todas las extinciones en masa ocurridas en la historia del planeta.
"Existen cada vez mayores indicios de que estos tres factores se combinan de nuevo en los océanos, exacerbados por múltiples factores severos de tensión. El grupo científico concluyó que un nuevo evento de extinción es inevitable si persiste la actual trayectoria de daño."
El grupo hizo notar una serie de indicadores que muestran lo grave que es la situación. Apuntó, por ejemplo, que un solo evento de decoloración en masa de corales, en 1998, causó la muerte de 16 por ciento de todos los arrecifes coralinos del planeta. Asimismo, la pesca excesiva ha reducido en más de 90 por ciento las reservas de ciertos peces comerciales, así como las poblaciones de especies atrapadas de modo no intencional en esa actividad.
Reveló que la nueva investigación científica ha encontrado en los mares polares contaminantes como químicos retardadores del fuego y almizcles sintéticos usados en detergentes, sustancias que pueden ser absorbidas por minúsculas partículas de plástico en los océanos, las cuales a su vez son ingeridas por criaturas marinas, como los peces que se alimentan en el lecho.
Las partículas de plástico también transportan algas de un lugar a otro, lo cual incrementa el surgimiento de colonias de algas tóxicas, causadas asimismo por la influencia de contaminantes ricos en nutrientes que proceden de los cultivos agrícolas.
Los expertos coincidieron en que cuando éstas y otras amenazas se combinan, el océano y los ecosistemas dentro de él no pueden recobrarse, pues son constantemente bombardeados por nuevos ataques.
Recomendaciones
El informe formula una serie de recomendaciones y llama a estados, a organismos regionales y a la Organización de Naciones Unidas (ONU) a instaurar medidas que conserven mejor los ecosistemas oceánicos, y en particular demanda la adopción urgente de una mejor gobernabilidad en altamar, que se encuentra desprotegido en gran parte.
“Los principales expertos mundiales en la ciencia de los océanos están sorprendidos por el ritmo y magnitud de los cambios que observamos –manifestó Dan Laffoley, consejero de la UICN en ciencia marina y conservación–. Los desafíos para el futuro de los océanos son enormes, pero, a diferencia de las generaciones precedentes, nosotros sí sabemos lo que se necesita. La hora de proteger el corazón azul de nuestro planeta es ahora, hoy, y es urgente.”
Las conclusiones del informe serán presentadas esta semana a la ONU en Nueva York, cuando los delegados comiencen discusiones para reformar la gobernabilidad de los océanos.
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