Preparando la ofensiva contra los trabajadores
Durante el primer año del gobierno de la derecha, se guardó en el cajón el ataque mayor de la profundización y ampliación de la flexibilización laboral generalizada. Esto dejaba descontento a la clase patronal, que aguardaba el momento; y sin poder dejar conformes a la clase trabajadora con sus “leyes sociales”.
En las últimas semanas, la clase patronal, a través de sus medios de prensa, encuentros empresariales, organismos y expertos, comenzó a reponer el tema. El seminario laboral de Icare planteó nuevamente la necesidad, para ellos, de avanzar a una mayor flexibilización laboral. El informe de la OCDE, lo mismo. La SOFOFA también lo planteó.El gobierno de la derecha se hace parte. Aunque la ministra de Trabajo Matthei afirmó que no presentaría un proyecto así de no contar con piso político, esta semana, cambió de parecer. En línea con el ministro de Economía Fontaine (ex asesor económico del programa presidencial de Enriquez Ominami, que acaba de legalizar su partido, el PRO), que prepara su programa de reformas microeconómicas “Agenda Impulso Competitivo”, están reponiendo este ataque. ¿Es que ahora hay piso político? No, lo van a hacer por sectores, comenzando, en el plan del Ministerio de Economía, por la industria química, y lo que viene avanzando la patronal agrícola en la “Mesa agrícola”.
Los ataques contra los trabajadores, son para beneficiar aún más a la clase patronal y sus multimillonarias ganancias. Vemos la misma política ante las diferentes situaciones que hoy se discuten en la política nacional. Veamos algunas.
Políticas a favor de los empresarios
El Transantiago es una calamidad para el pueblo trabajador: es malo (la calidad del servicio, las frecuencias, las conexiones, etc) en su fin específico de transportarnos a nuestros trabajos, y además es un robo para el bolsillo de cualquier trabajador (sin contar las transferencias multimillonarias de fondos estatales, que podrían servir para administrar un sistema público bajo control de trabajadores y usuarios). Pero además, hay multitud de puntos oscuros a su alrededor. Como el negocio de las construcciones (las vías exclusivas para los buses, los paraderos, etc). En estos días, la justicia investiga una denuncia porque el ministerio de Vivienda acordó pagarle a una empresa, Kodama, 17 mil millones, por una obra retrasada casi dos años en su entrega (en un acuerdo que viene desde la Concertación, y remata ahora la derecha en el gobierno). A costa del pueblo trabajador, emergen investigaciones sobre irregularidades que van en beneficio (sea de 17 mil millones o más) de las empresas. De tal magnitud resultó el escándalo, que la ministra Matte, de la UDI, esposa del senador Hernán Larraín, presentó su renuncia, agregando leña al fuego del malestar de la UDI con su propio gobierno, encabezado por el RN Piñera.
La energía eléctrica, con la sequía actual, amenaza con interrumpir su suministro. La misma Región metropolitana está nuevamente amenazada de cortes. No es por la sequía. Es porque las empresas sólo miran sus ganancias. En una editorial de El Mercurio (17/4/2011), se afirma que “la empresa propietaria decidió, por motivos comerciales, no tomar un contrato de largo plazo de suministro de gas natural”, lo que pone en riesgo el funcionamiento de la Central Castilla que es vital para la electricidad de esta Región. A costa del pueblo trabajador, las empresas deciden si invertir o no en algo tan vital según aumenten o no sus ganancias.
El proyecto de ley conocido como del “super8” que regula a las empresas de la industria alimenticia porque ciertos alimentos (altos en sodio, etc) pueden afectar la salud humana, es rechazado por la derecha, por atentar contra la libertad al restringirse su consumo. Aunque el proyecto de ley prohibe la venta de esos alimentos en ciertos espacios (como las Universidades), el centro es la obligación de informar claramente los riesgos que puedan traer, para que a la hora de consumir se lo haga a conciencia. Aunque rechazan esto, otras regulaciones se han aceptado (por ejemplo, las advertencias (aunque son sobre los efectos, no sobre cómo se producen) los cigarrillos, o incluso ciertas restricciones a su venta, como la prohibición para menores de edad). A costa del pueblo trabajador, se niegan a regular para mantener las multimillonarias ganancias empresariales, en este caso de la industria de la alimentación.
Tanta seguidilla de ataques al pueblo trabajador en beneficio de las ganancias empresariales, necesita poder sostenerse. Y aquí la endeblez de la política patronal sigue asomando. Pero también, de la política de la clase trabajadora organizada.
Régimen político autoritario, crisis de la derecha, la Concertación y la CUT
No les ha bastado con designar alcaldes y parlamentarios a dedo, o entre cuatro paredes. Ahora, un senador DC (Andrés Zaldivar) en acuerdo con todos los senadores, presenta un proyecto de ley que impide a alguien que renuncie a un partido poder presentarse nuevamente como candidato si no ha pasado al menos 1 año desde su renuncia. Estas designaciones, estas prohibiciones, hacen aun más asfixiante el antidemocrático sistema binominal. Que los mismos políticos patronales observan con preocupación, y al que discuten hacerle algunas reformas cosméticas (como aumentar los cupos de cargos, para poder integrar más candidatos).
La derecha sigue en crisis, en busca de un relato, tapando agujeros (nuevas denuncias a van Rysselberghe, su re-emplazante cercano a la UDI que no dejó contento a RN y encima decidió no proseguir con las investigaciones sobre las presuntas irregularidades, las encuestas, ahora la IPSOS que siguen mostrando el alto rechazo al presidente). La Concertación prepara congresos partidarios, convoca a sus dirigentes históricos y expresidentes, anuncia endurecer su discurso, para que no se vean haciendo lo que hacen: cogobernar con la derecha.
La CUT realizó su 9° Congreso. Aunque la Concertación cogobierne con la derecha, su dirección oficial, el PS de Arturo Martínez y el PC, rechazó toda medida de democratización de la Central, y votó fortalecer su alianza con la Concertación, a la vez que anuncia que el 2011 será el año de la movilización social. ¿Movilizaciones para fortalecer a los trabajadores y sus luchas, o para fortalecer a la Concertación y tratar de que sigan apareciendo falsamente como “amigos del pueblo”? Es esto último lo que buscan.
No es el camino para fortalecer la organización y la lucha por los derechos e intereses de la clase trabajadora. Un grupo de compañeros trabajadores del Partido de Trabajadores Revolucionarios- Clase contra Clase/ PTR-CcC, se hizo presente en el acto público de cierre, para contraponer a esa política, una política de clase independiente de toda variante patronal: para enfrentar los ataques de la derecha, no podemos aliarnos a la Concertación. Sólo por esto, fueron golpeados por los organizadores, de lo que dieron cuenta varios medios de comunicación.
Las alianzas deben ser con los trabajadores actualmente en lucha (subcontratistas de Escondida), o perseguidos sus dirigentes (del sindicato de Collahuasi), o en lucha contra las represalias patronales (obreros de PISA despedidos después de su huelga)), o en lucha contra la privatización de las Universidades (funcionarios del SEMDA de la U. de Chile); así como aliados a los estudiantes en lucha (como hoy los de la U. central), los mapuches (en huelga de hambre tras el juicio de Cañete), los que luchan contra la destrucción del medio ambiente (en Aysen, que se manifestaron con ocasión de la visita del presidente a la zona), etc.
http://www.ptr.cl/nacional/cps-n%C2%BA-63-reparando-la-ofensiva-contra-los-trabajadores/
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