En el estado brasilero de Pará, la deforestación se concentra alrededor de los 60 mil kilómetros de carreteras. La conclusión es del estudio La Conservación de la Biodiversidad en Diferentes Tipos de Ordenamiento Territorial, Uso y Ocupación en las Carreteras del Estado de Pará , desarrollado por el becario de iniciación científica, Cezar Augusto Borges, bajo la orientación del investigador Leandro Valle Ferreira, del Museo Paraense Emilio Goeldi.
Borges analizó las carreteras Transamazónica, Cuiabá-Santarén (BR-163) y la estadual PA 273, que suman tres mil kilómetros. La elección de las carreteras tuvo en consideración su importancia histórica y el hecho de ser vías para la salida de mercaderías, tanto para el mercado interno como para el externo. La recolección de datos se obtuvo a partir de informaciones cartográficas digitales del Instituto Brasilero de Geografía y Estadística (IBGE) y del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE).
La cobertura forestal de Pará es del 66,1%. La deforestación acumulada hasta 2008 es del 19,4%, en relación con el área total del estado, y del 21,3% sobre el área del estado en floresta. Sin embargo, el estudio muestra que en los 50 kilómetros que rodean las carreteras, el promedio de deforestación es del 30,3%, por encima del porcentaje total del estado.
Borges detalla que el promedio de deforestación decrece en la medida en que aumenta la distancia hasta la carretera. "En los primeros 10 km, el promedio varió del 45% al 63,1% y del 15,1% al 30,1% en los últimos 10 km”, explica.
Para el investigador, el proceso de deforestación cerca de las carreteras se debe a las actividades económicas, como la cría de ganado, responsable del 80% de la deforestación de la Amazonia Legal.
Cita el caso de la BR–163, en la ciudad de Santarém, donde se desarrolla actividad agropecuaria y la agricultura mecanizada de cultivo de soja. "La extracción selectiva de madera, la actividad agropecuaria y la ocupación humana son los principales factores causantes de la deforestación, y son facilitados por las aperturas de carreteras que atraen tales actividades”, aclara.
La buena noticia es que en las unidades de conservación y tierras indígenas hay un control eficaz de la deforestación. Borges afirma que el porcentaje de conservación llega a ser un 40% mayor que cerca de las carreteras. "Se observó la eficacia de las unidades de conservación y de las tierras indígenas (áreas protegidas) como instrumento de contención del proceso”, concluyó.
Cambios en el Código Forestal pueden generar más deforestación
Para intentar impedir la constante vulneración del medio ambiente, la Asociación Brasilera de Organizaciones no Gubernamentales (ABONG) lanzó ayer (19) una moción contra las alteraciones propuestas por el diputado Aldo Rebelo para el Código Forestal vigente en Brasil.
La asociación resalta que, al crear el área rural consolidada, el nuevo Código estaría otorgando amnistía a los 40 millones de hectáreas deforestadas y las ocupaciones irregulares ocurridas antes de julio de 2008. "(...) además de premiar a los infractores de la ley como se hace hoy, no aporta una solución para las ocupaciones irregulares, principalmente aquellas más vulnerables a los cambios climáticos. Al contrario, condena a las poblaciones que ocupan estas áreas”, argumentan.
La reducción del área de preservación mínima en las márgenes de los ríos permitirá nuevas deforestaciones en el 90% de los ríos brasileros, lo que impactaría directamente sobre la calidad de vida de las poblaciones ribereñas. También habrá una reducción de las Áreas de Protección Permanente en el entorno de reservas artificiales, posibilitando más deforestación.
La moción puede ser vista en la página http://www.abong.org.br/final/download/codigo_florestal.pdf .
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com
Fuente: http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cat=20&cod=55765
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