Putin manifestó, en el marco de una visita a Dinamarca, que “dijeron que no querían matar a Gadafi, ahora algunos dicen que sí, que están intentando matar a Kadafi”.
“¿Se produjo un proceso? Quién se arrogó el derecho de ajusticiar a este hombre?”, enfatizó el primer ministro ruso.
Los jets de la OTAN descendieron en picada sobre la capital temprano, rompiendo la calma antes del amanecer y destruyendo la oficina y la biblioteca en el complejo residencial y militar del presidente Muamar el Gadafi, así como la estación televisiva estatal.
Examinando el daño en los edificios, incluyendo uno usado para albergar una reunión de la Unión Africana hace dos semanas, los funcionarios del régimen les dijeron a los periodistas que el ataque había sido un intento de asesinato al líder libio. Fue el segundo ataque a su complejo. El coronel Gadafi fue visto en la televisión estatal anoche, reuniéndose con los líderes de la comunidad en Trípoli.
El ataque de la OTAN a la residencia gobernante podría provocar inquietud entre los aliados más reacios, como Rusia. Moscú acusó a la coalición de exceder el mandato de las Naciones Unidas para proteger a los civiles. La OTAN dijo que los ataques había apuntado a las centrales de comunicaciones “usadas para coordinar los ataques contra los civiles”, insistiendo en que era necesario mantener un “ritmo operacional alto” para evitar que el régimen disparara contra su propio pueblo.
El secretario de Defensa británico, Liam Fox, mientras tanto, se dirige a Washington para reunirse con su contraparte estadounidense, Robert Gates, para discutir planes incluidos en la campaña para apurar los ataques de precisión.
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